La tristeza en el enojo y el enojo en la tristeza ®
No conseguir lo querido causa frustración. Ante la frustración puede devenir enojo o tristeza. Hay quienes son más propensos a sentir una u otra emoción. Esto dependerá de la singularidad de cada persona y del entorno donde creció. A unos les es más fácil manifestar enojo o tristeza según haya preponderado en sus familias la expresión de una y otra emoción. O, porque se expresó tan disfuncionalmente el enojo o la tristeza, que para no repetir la historia familiar se reprimió esa emoción (en vez de elaborarla) y se terminó exagerando la otra.
Tras el exceso de enojo hay tristeza contenida, así como tras el exceso de tristeza hay enojo contenido.
A quien acostumbra enojarse: le servirá ser consciente de la tristeza que subyace a su enojo y resolver saludablemente la causa de su tristeza. A quien tiende a entristecerse: le beneficiará darse cuenta del enojo que hay tras su tristeza y solucionar la causa de su enojo.
Recordemos que la palabra emoción viene del latín emotio, emotionis, nombre que se deriva del verbo emovere que significa desalojar de un sitio, hacer mover. Tengamos siempre presente que no existen las llamadas “emociones negativas”. Todas las emociones son positivas, en tanto cada una de ella cumple una imprescindible función. La tristeza y el enojo nos impulsan a salir de la frustración, nos mueven hacía donde estaremos mejor.
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