Necesidad y preferencia ®
La necesidad se refiere a lo que es imposible sustraerse, a lo que no puede faltar. Las necesidades no se eligen, están. No hay opción, hay que satisfacerlas si o si.En cambio, la preferencia nos habla de la primacía que tiene una cosa sobre otra. Hay siempre, por lo menos, más de una opción. Podemos elegir entre una y otra.Por ejemplo: Necesitamos de agua para mantenernos vivos, no tenemos elección sobre este punto. Pero podemos preferir beberla en uno u otro recipiente, hay posibilidad de elección.
El problema ocurre cuando aquello que es una “preferencia” se la confunde con una “necesidad”. Entonces se tergiversa el orden de prioridades, se dedica más recursos y tiempo en saciar la preferencia que en satisfacer la necesidad. Y esto sucede en muchos ámbitos de la vida, desde relaciones con otras personas hasta con objetos de consumo.
Ahora, sólo me centraré en las relaciones interpersonales.
Todos tenemos preferencias al momento de elegir con quien satisfacer la necesidad de experimentar amor recíproco.
En el caso de una pareja, cuando se confunde “necesidad” con “preferencia” se concluye, equivocadamente, que es necesaria una persona en particular para experimentar amor, aún cuando no haya reciprocidad. Esto es como negarse a saciar la sed si no se puede beber el agua en una determinada copa, como si fuese esta la única copa. En tal caso, todas las posibilidades quedan reducidas a una sola. No hay libertad de acción cuando no hay opciones. Sin libertad hay dependencia afectiva; se depende de tal persona, con nombre y apellido, como única posibilidad para un vínculo amoroso.
Poniendo las cosas en su lugar
El amor es “agua” que necesitamos vivir. Las personas son “copas”, gracias a ellas saciamos nuestra sed. El amor es uno, copas hay muchas.Puedo preferir experimentar un vínculo amoroso con tal persona… pero no necesito de esa persona para experimentar un vínculo de amor recíproco.
Disponemos de más libertar para elegir cuanto mejor distinguimos entre necesidad y preferencia. A mayor libertar hay menor riesgo de relaciones dependientes y más probabilidades de experimentar vínculos de amor recíproco. Mejor preferir que necesitar.
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