Niño interior en adopción ©
Es seguro que, cuando fuimos niños, en algo no nos trataron tal como lo habíamos necesitado. Tal vez no hayamos recibido suficiente tiempo, suficiente apoyo, suficientes oportunidades, suficiente comprensión, suficientes abrazos, suficiente incondicionalidad… suficiente amor. Seguramente no nos dieron más no porque hayan sido “malos”, sino porque ellos mismos no lo recibieron suficientemente en sus propias vidas.
Las madres y los padres no son perfectos. Puede no gustarnos, podemos quejarnos, echar culpas y victimizarnos… pero nada resolveremos con eso. Suelo decir, a modo de broma, que si las madres y los padres fueran “perfectos” los psicólogos nos quedaríamos sin trabajo.
Somos inocentes de cómo fuimos tratados. Somos responsables de lo que hacemos con lo que recibimos.
¿Repetir o no repetir sus errores? Esa es la cuestión. Si optamos por no repetirlos: Tendremos que empezar con reconocer las veces que nos tratamos tal como desde chicos fuimos tratados. No queda otra.
En algún lugar dentro de cada uno está aquel niño al que no supieron darle todo lo que necesitaba para crecer, todo lo que merecía para ser feliz. A pesar de los años, él sigue esperando recibirlo. Ahora tenemos la oportunidad de adoptarlo, de convertirnos en la madre/padre que no tuvo:
Si no recibí suficiente tiempo… ¿Me doy todo el tiempo que hoy necesito?
Si no recibí suficiente apoyo… ¿Me doy todo el apoyo que hoy necesito?
Si no recibí suficientes oportunidades… ¿Me doy todas las oportunidades que hoy necesito?
Si no recibí suficiente comprensión… ¿Me doy toda la comprensión que hoy necesito?
Si no recibí suficientes abrazos… ¿Me doy todos los abrazos que hoy necesito?
Si no recibí suficiente incondicionalidad… ¿Me doy toda la incondicionalidad que hoy necesito?
Si no recibí suficiente amor… ¿Me doy todo el amor que hoy necesito?
© Registro Propiedad Intelectual. El texto “Necesidad y preferencia” puede compartirse únicamente citando a su autor: Juan A. Currado. No puede difundirse con el material modificado. Ni debe ser utilizado con finalidad comercial.